¿Alguna vez has pensado que tal o cual directivo es un maniático, desequilibrado, lunático o psicópata? Confieso que yo, después de analizar las pautas de conducta en una reunión, entrevista o desarrollo de un proyecto, sí lo he considerado.
Son personas que te intentan seducir con su presunto encanto hipnotizador, enmascarando su verdadera naturaleza con maestría. Van destruyendo las vidas de las personas que les rodean, sean colaboradores, clientes o proveedores, sin la más mínima compasión o remordimiento.
El problema es que está demostrado que muchos de los ejecutivos psicópatas que pululan por el mundo terminan convirtiéndose en asesinos de proyectos empresariales y, por derivación, familiares o individuales, cuando no de personas (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).