Jóvenes catalogados como “Millennials” o “Net Geners”, en castellano “Generación Y”, con su Internet, su networking y su vida virtual. Aunque intento ser un decente facebooker, tengo ya unos años para ser catalogado como “Net Geners”, generación motivada y versátil, personas habituales de las redes sociales, consustanciales colaboradores en equipo y conocedores de las herramientas en línea. No obstante, algunos empresarios, directivos y no pocas entidades de selección de personal, los catalogan como groseros, haraganes y egoístas, que no saben ni hablar ni redactar y están todo el día con el Messenger y el Facebook.
Se escribe en The Economist, “Managing the Facebookers”, que este conflicto cultural se produce en muchas instituciones y se ha incluido en los libros sobre gestión empresarial. Los que han crecido con los ordenadores y las nintendos, rebosan confianza en sí mismos y se animan a desafiar los conocimientos recibidos, buscando sus propias soluciones a los problemas y considerando al trabajo como un camino hacia el cometido personal. Cierto, esto hace que no sean fáciles de dirigir, pero, en mi opinión, la balanza de atributos positivos reboza y compensa con creces los aspectos negativos.
El problema que tienen ahora, en época de crisis y desempleo, es que la búsqueda del puesto que se acerque a sus necesidades espirituales, es mas difícil cuando no hay trabajo. Deberán tener un poco de paciencia. Cuando la nueva economía surja, estos jóvenes se encontrarán más valorados, si bien ya no serán tan imberbes (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).
Se escribe en The Economist, “Managing the Facebookers”, que este conflicto cultural se produce en muchas instituciones y se ha incluido en los libros sobre gestión empresarial. Los que han crecido con los ordenadores y las nintendos, rebosan confianza en sí mismos y se animan a desafiar los conocimientos recibidos, buscando sus propias soluciones a los problemas y considerando al trabajo como un camino hacia el cometido personal. Cierto, esto hace que no sean fáciles de dirigir, pero, en mi opinión, la balanza de atributos positivos reboza y compensa con creces los aspectos negativos.
El problema que tienen ahora, en época de crisis y desempleo, es que la búsqueda del puesto que se acerque a sus necesidades espirituales, es mas difícil cuando no hay trabajo. Deberán tener un poco de paciencia. Cuando la nueva economía surja, estos jóvenes se encontrarán más valorados, si bien ya no serán tan imberbes (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).