Hace unos años, en el post Solución al tráfico en las ciudades, proponía el teletrabajo como una opción al problema de circulación. Después, cuando el barril de petróleo estaba por las nubes, en otra nota que no localizo, comentaba ese método para reducir costes de desplazamientos. Más adelante, en relación a los escritos Lávate las manos, Tímida colaboración y Mentalidad Sana, me comenta anton que se está recuperando la idea del teletrabajo para reducir el riesgo de contacto de enfermedades de transmisión vía aérea.
Reitero que disponemos de las herramientas telemáticas imprescindibles y no me cabe duda de que si se promocionara adecuadamente esta opción, los informáticos y telecos se pondrían las pilas para desarrollar nuevas soluciones que estarían a años luz de las existentes en la actualidad. Disfruto de amistades que ya se desarrollan profesionalmente a través del teletrabajo (periodistas, abogados, economistas, traductores, informáticos...), pero percibo que, también, este abanico de profesiones y puestos se ampliaría bastante.
La dificultad radica en la cultura empresarial y laboral negativa sobre el teletrabajo, que todavía reina en el tejido económico y social español y que actúa de rechazo. El empresario puede seguir pensando que el trabajador no va a rendir igual y lo prefiere a pié de tajo, en la oficina. El trabajador, o su familia, teme que el estar en su casa trabajando le va a crear problemas personales, estrés, y no va a saber diferenciar el horario laboral del personal. Se necesita un cambio de mentalidad y de pautas de conductas. Quizás, enfermedades como la Gripe A, podría haber ser uno de los detonantes (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).
Reitero que disponemos de las herramientas telemáticas imprescindibles y no me cabe duda de que si se promocionara adecuadamente esta opción, los informáticos y telecos se pondrían las pilas para desarrollar nuevas soluciones que estarían a años luz de las existentes en la actualidad. Disfruto de amistades que ya se desarrollan profesionalmente a través del teletrabajo (periodistas, abogados, economistas, traductores, informáticos...), pero percibo que, también, este abanico de profesiones y puestos se ampliaría bastante.
La dificultad radica en la cultura empresarial y laboral negativa sobre el teletrabajo, que todavía reina en el tejido económico y social español y que actúa de rechazo. El empresario puede seguir pensando que el trabajador no va a rendir igual y lo prefiere a pié de tajo, en la oficina. El trabajador, o su familia, teme que el estar en su casa trabajando le va a crear problemas personales, estrés, y no va a saber diferenciar el horario laboral del personal. Se necesita un cambio de mentalidad y de pautas de conductas. Quizás, enfermedades como la Gripe A, podría haber ser uno de los detonantes (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).