En relación al post “Humildad, voluntad y anchas espaldas” publicado en Blog de Manuel, Antón me traslada una reflexión acerca de la costumbre de incorporar directivos antes de tener definido el puesto (Gracias, Antón), lo que genera, en muchos casos, el error de contratar a personas que no son idóneas.
Cierto. A veces ves trabajar a una persona, la sigues profesionalmente durante un tiempo y piensas que te gustaría que colaborara en tu empresa, pero no resuelves para qué y con quién. Si se dan las condiciones para incorporarse y no has resuelto esa definición del puesto, probablemente se fracasará.
Para evitar esos desajustes, basta con ser objetivo, evitando ofuscaciones, manías u obstinaciones, evaluar adecuadamente, definir primero el puesto o decidir previamente el cambio de personas (imagen incorporada posteriormente; fuente pixabay).