Si eres un follower de Blog de Manuel, sabes que no concibo un trabajo sin procurar pasarlo bien, pero hay días en los que disfrutas menos que otros. Debido al tremendo calor que pasé, ayer fue una de esas jornadas en las que no te sientes cómodo y no laboras a gusto, hasta el punto que al final la moral estaba por los suelos. Sé que es muy fácil decirlo y que hay un trecho en el hacerlo, pero si no logras ser feliz, ve meditando sobre la cuestión y no descartes plantearte cambiar de tercio, ya sea de empresa, de sector o de departamento.
Sí, hoy más que nunca, en esta irrespirable recesión que continuamente nos envuelve, cuando nos desplazamos al tajo, nos entra un miedo similar al que nuestros ancestros sentían al ir a cazar. La espada de Damocles del despido, no renovación, reducción de jornada, disminución de las ventas, cancelación de la póliza de crédito, deflación del salario, hipoteca, colegio, status…, pende de un hilo en la mente, impidiendo que realices la actividad profesional en óptimas condiciones.
De acuerdo, no está el ambiente para desternillarte de risa, pero si no eliminas esos pavores, poco a poco se harán más grandes, convirtiendo en realidad todo lo negativo que ha pululado por tu cabeza. Asimila las circunstancias profesionales y personales, por muy crudas que sean, y construye a partir de ahí. Sólo tú puedes hacerlo. Al menos, cuando estés seguro de tu inseguridad y la hayas acotado, te sentirás un poco mejor y comenzarás a valorar tu actividad profesional o empresarial de forma distinta. Te animo a seguir construyendo y si es con una sincera sonrisa, mejor (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).