Uf! Varios payasos y payasas he detectado en lo que llevamos de semana. A veces pienso que eso de ser payaso es un estado natural de la condición humana. Si te catalogan como bufón, no pienses que es un piropo, todo lo contrario. Quizás, ese payaso que llevamos en nuestro interior deberíamos dejarlo en casa cuando estamos tratando del futuro de empresas y de profesionales, al tiempo que patrocinamos una extensa perspectiva del actual mundo económico y social dónde vivimos. El caso es que estos personajes parece que disfrutan marchando alegremente hacia un precipicio. Mientras sean ellos los que se descalabren, no hay problema, pero si arrastran a un proyecto empresarial o institucional, con su responsabilidad social y economías de escala, el caso es grave y de juzgado de guardia (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).