En esta situación de inestabilidad, caminan algunos empresarios y directivos españoles que, aunque disfruten de unos positivos capitales circulantes importantes y ningunas deudas con entidades financieras, se encuentran asustados. ¿Qué sucedería si sus clientes no les pagaran? Pues, que no podrían liquidar a sus proveedores. ¿Deben adelantarse y solicitar un concurso de acreedores? ¡Uf! Sensible dilema. ¿Dónde está la línea que hay que cruzar? Porque podría darse el caso que un porcentaje muy alto de las empresas se saludaran en los juzgados de lo mercantil (éstos no se atorarían porque ya están colapsados).
Si sus deudores lo están pasando mal y existen vestigios de que pueden verse abocados a una suspensión de sus pagos, y no disponen de otros apoyos o salidas financieras, no deberían esperar con los brazos cruzados, tienen que prever, ponerse en manos de gente que sepa, ya que como administradores son responsables. Si no sufren esos dilemas, les animaría a que estudiaran la posibilidad de asumir riesgos, sí. Se dice que las mejores oportunidades se encuentran en los periodos de crisis. Así que a agudizar el ingenio y la creatividad y a localizar esas inversiones interesantes (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).
Si sus deudores lo están pasando mal y existen vestigios de que pueden verse abocados a una suspensión de sus pagos, y no disponen de otros apoyos o salidas financieras, no deberían esperar con los brazos cruzados, tienen que prever, ponerse en manos de gente que sepa, ya que como administradores son responsables. Si no sufren esos dilemas, les animaría a que estudiaran la posibilidad de asumir riesgos, sí. Se dice que las mejores oportunidades se encuentran en los periodos de crisis. Así que a agudizar el ingenio y la creatividad y a localizar esas inversiones interesantes (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).