Si bien, en nuestra actividad profesional o empresarial, no hay nada más innovador que ser uno mismo con cada uno de los interlocutores, sean colaboradores, accionistas, clientes o proveedores, tampoco hay que ser tan ingenuo, hasta el punto de tratar a todo el mundo de la misma manera, ya que sus intereses y sus personalidades son diferentes.
Es un desajuste protocolario en el que a veces suelo incurrir y, si bien a medio/largo plazo sus efectos son moderadamente positivos, en el día a día me genera sensibles distorsiones y malos rollos, lo que podría considerarse como puñaladas traperas.
Te dejo un vídeo resumen de un network de Pascual Montañés, profesor del Instituto de Empresa, acerca de si los directivos deben ser o no ser ingenuos; subido a Youtube por IEcommunties (Fuente de la imagen: elaboración propia).
Es un desajuste protocolario en el que a veces suelo incurrir y, si bien a medio/largo plazo sus efectos son moderadamente positivos, en el día a día me genera sensibles distorsiones y malos rollos, lo que podría considerarse como puñaladas traperas.
Te dejo un vídeo resumen de un network de Pascual Montañés, profesor del Instituto de Empresa, acerca de si los directivos deben ser o no ser ingenuos; subido a Youtube por IEcommunties (Fuente de la imagen: elaboración propia).