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De esas capacidades, destaco la iniciativa, como inicio del proceso de emprendimiento, la confianza en uno mismo, como una de las fuerzas cohesionadoras, la habilidad directiva, coordinando los posibles equipos de personas, y la persistencia, como energía que garantiza la evolución del proyecto. También, es trascendental la sensibilidad hacia la sostenibilidad, en el sentido de que todo lo que se inicie y lleve a cabo en pro del proyecto de emprendimiento tiene que realizarse sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.