Mientras esperaba el segundo plato del almuerzo (ver post Premio Mediterráneo de Cultura), estuve reflexionando acerca del cambio de actitud de la clase empresaria. El ambiente hostil y de prepotencia de hace unos años, incluso unos meses, se ha cambiado por una cordialidad, que, a veces hasta huele a presunta hipocresía, pero, al menos, no es bordería o falta directa de respeto.
Algún empresario me explicaba, incluso, su estrategia con determinado proyecto. No sé si será por la crisis, por la evolución de los acontecimientos, porque los foros que frecuento son distintos o por el desarrollo de las relaciones sociales. Quien lo tiene claro es The economist, que en el artículo Manners maketh the businessman, escribe su opinión, en la línea de que la responsable de estos nuevos modales es la recesión económica.
Apuntan que en la actual coyuntura financiera, la clave en el mundo de los negocios radica en la cortesía y limar las asperezas, representando este enfoque un golpe contra el equilibrio de fuerzas entre las empresas, ante la incertidumbre de quién terminará teniendo el poder en el futuro (ilustración de P. Acero; fuente: MEC).
Algún empresario me explicaba, incluso, su estrategia con determinado proyecto. No sé si será por la crisis, por la evolución de los acontecimientos, porque los foros que frecuento son distintos o por el desarrollo de las relaciones sociales. Quien lo tiene claro es The economist, que en el artículo Manners maketh the businessman, escribe su opinión, en la línea de que la responsable de estos nuevos modales es la recesión económica.
Apuntan que en la actual coyuntura financiera, la clave en el mundo de los negocios radica en la cortesía y limar las asperezas, representando este enfoque un golpe contra el equilibrio de fuerzas entre las empresas, ante la incertidumbre de quién terminará teniendo el poder en el futuro (ilustración de P. Acero; fuente: MEC).